martes, 21 de julio de 2009

Descubierto

"Lo que más me reconcilia con mi propia muerte es la imagen de un lugar: un lugar en el que tus huesos y los míos sean sepultados, tirados, desenterrados juntos. Allí estarán desperdigados en confuso desorden. Una de tus costillas reposa contra mi cráneo. Un metacarpio de mi mano izquierda yace dentro de tu pelvis. (Como una flor, recostado en mis costillas rotas, tu pecho.) Los cientos de huesos de nuestros pies, esparcidos como la grava. No deja de ser extraño que esta imagen de nuestra proximidad, que no representa sino mero fosfato de calcio, me confiera un sentimiento de paz. Pero así es. Contigo puedo imaginar un lugar en donde ser fosfato de calcio es suficiente."

en "Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos", de John Berger

2 comentarios:

Montserrat Vargas dijo...

hermoso

Obed Van Dick dijo...

Saludos desde Guadalajara, México. Cai por azar del destino -paradoja estimulante, como diría Julio Cortázar- en este blog y me atrapó el título del mismo: "Un kibbutz del deseo". Cortázar es un imprescindible para mi. De mis escritores favoritos. "Rayuela", el único libro con el que me iria al exilio misantrópico que provoca la sociedad en la que uno está metido. Me agrada lo que escribes. Y ojalá podamos ponernos en contacto, porque también escribo y tambien estudio Ciencias de la Comunicación. Mi blog es http://www.obedvandick.blogspot.com, ojalá te des una vuelta por el. Un placer. Mi correo electrónico es obed_striper@hotmail.com. Lo de "striper" es porque como escritor que pretendo ser, desnudo la realidad, no por el término común que se le conoce, je. Chao